Y miré a todos mis compañeros de micro. Alumnos de ese chofer y el tío auxiliar, que cobra el pasaje siempre con esa mirada excluyente: “pendejo culiao” te dice o “córrete más, sapo culiao”, comunican sus párpados analfabetos.
Como si nos tuvieran una fobia gratuita, jóvenes, que tanto nos sacamos la cresta por hacer algo con nuestra mente, para hacer algo más que tomarnos esa promo de ron con vasos o fumarnos ese pito que tanto nos adorna la tarde.
En el mismo bus, colegiado, sube un nuevo alumno. Hediondo por su estadía en el hotel cero estrellas de la calle no sé adonde. O cuando pernoctó cerca del hospital esperando despertar y pillar a alguna vieja cagá que le tirase una gamba.
El Tío quiere echarlo abajo. Los compas ríen, otros, se miran con cara de asco, advirtiendo y alucinando con el vómito que se viene, si este hueón no se baja de la micro.
Un señor de terno le da la espalda. Un travestido viejo de mierda que pretende ser gente con un traje de dos piezas. Se baja. No sé si éste es su Opus-domicilio o si el hediondo compañero lo espantó del micro bus hostil.
Como si nos tuvieran una fobia gratuita, jóvenes, que tanto nos sacamos la cresta por hacer algo con nuestra mente, para hacer algo más que tomarnos esa promo de ron con vasos o fumarnos ese pito que tanto nos adorna la tarde.
En el mismo bus, colegiado, sube un nuevo alumno. Hediondo por su estadía en el hotel cero estrellas de la calle no sé adonde. O cuando pernoctó cerca del hospital esperando despertar y pillar a alguna vieja cagá que le tirase una gamba.
El Tío quiere echarlo abajo. Los compas ríen, otros, se miran con cara de asco, advirtiendo y alucinando con el vómito que se viene, si este hueón no se baja de la micro.
Un señor de terno le da la espalda. Un travestido viejo de mierda que pretende ser gente con un traje de dos piezas. Se baja. No sé si éste es su Opus-domicilio o si el hediondo compañero lo espantó del micro bus hostil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario